Cenzontle. - Fauces.
Está bien pensar, a veces, que la permanencia es colosal
Y que las dos manos con sus diez dedos en total
No podrían jamás desenredar la maraña de circunstancias
Innegables, que permiten que todo se quede tal y como está
Pero hasta el árbol de tu infancia que siempre ha estado ahí
No es el mismo árbol donde se mecía el neumático
Al que llamabas columpio
Y que papá alguna vez colgó para ti
El árbol cambió. Como cambia la piel
Que ya no lleva los besos de hace unos seis meses
Que me dieran sonriendo y a veces gimiendo
El cabello mudó, las pestañas también
Y tú sigues creyendo que aquello que ves es lo de siempre
Y que permanece, intacto
Indolente, sin mácula
Y es que la vida se pasa veloz y silente
Y apenas se siente el temblor de sus pasos, que agita cortinas
Levanta el polvo y cuando aterriza
Se asoma una cana en esta cabeza
Que apenas descifra lo que acontece alrededor
Arremetiendo contra la confianza puesta en el comfort
Se mueve el piso anunciando un nuevo cambio de estación
Y hacia todas las ventanas, llega el tañido de campanas
La tierra hermosa fácilmente se puede volver canción
Pero en la herida se halla asaz la pura y grata inspiración
De los calvarios surge el alma, forjada, como si fuera hoz o espada
Tic, tac, tic, tac
Quisiera atarme a la cintura del tiempo
Para contemplar cuando le da por ir lento
Y no quedarme atrás si es que acelera, no importa que me arrastre
Quisiera no sentir que me deja como a un perro en la carretera
Sin rastro por seguir, ni esquinas para oler
El tiempo que gotea, ha hecho ya de sí
Un río que devora, engulle y saborea los restos de aquello que ayer viví
No hay hora en que correr, te sirva para huir
El tiempo que en su forma esférica asemeja
Un grillete que encadena cualquiera de tus piernas
La estrepitosa corriente que te arrastra
Como a una rama hasta el fin
Written by:
Jorge Hernández
Publisher:
Lyrics © O/B/O DistroKid
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